Con esa metáfora Federico Moura marcó una característica de la relación entre rockeros y periodistas del palo. En el Día del Periodista, un par de capítulos más de la por siempre compleja relación entre músicos y cronistas.
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Ricardo Mollo le tomó fobia a los periodistas después de viaje en avión en el cuál se puso a charlar con un cronista de la Rolling Stone. El muchacho, en un ejemplo de profesionalidad, incluyó parte de lo charlado en una nota. A partir de entonces el guitarrista de Divididos suspendió casi terminantemente las entrevistas para medios escritos, no sin antes comparar a los periodistas con los policías, porque "nunca pueden dejar de hacer su trabajo". Un par de años antes, ya había escrito "siento la birome sobre mí / del periodista que se muere por tocar", haciendo alusión a un viejo chiste entre periodistas y músicos; ellos afirman que somos músicos frustrados. Y los periodistas podríamos decir que muchas veces los músicos frustrados son... ellos.
Siempre se habla de la supuesta estrategia anti prensa de Los Redondos. Lo que nuca se terminó de entender, sobre todo por los grupos que intentaron imitarla, es que ellos no pensaban que había que cerrar las puertas a los periodistas, sino que había que saber usar a la prensa. Tomaron una estrategia inventada por Rubens Vitale (padre de Litto), bautizada como del semáforo: luz verde para la prensa escrita, amarilla para la radio y roja para la tele. Después Solari, Bellinson y compañía se despacharían con un par de canciones, Héroe del whisky y El Blues de la artillería, dedicadas a dos cronistas, Polimeni y Symns, que le dieron una mano cuando todavía no eran masivos y que empezaron a criticarlos cuando sintieron que le estaban birlando su secreto mejor guardado. Lo de Symns, es más extremo, dado que formaba parte de la banda y acabó siendo desterrado.
Otro que entra un poco en pánico con la presencia de periodistas es Fito Paéz, que no le perdona a los críticos de cine que en la función para la prensa de Vidas Privadas se hayan reído a viva voz cuando apareció el nombre del músico en pantalla bajo el rótulo de Director. Obviamente, después la destrozaron. El año pasado, el rosarino, se mostró su resentimiento leyendo un ensayo durante un acústico para una radio. Más o menos dijo: "Salvo excepciones, nadie se dedica a la crítica musical (...) (los críticos) son dueños y esclavos del resumen, esa forma idiota de la arbitrariedad que empobrece la identidad del lugar y te obliga a decidir como consumidor si tal cosa vale o no el pesito. Una nueva estrategia empleada para capturar los bolsillos del pobre escucha incauto, que de no ser por la advertencia del sagaz crítico caería en las garras del personaje en cuestión y de su empresa. Poco se lee sobre las formas de instrumentación, las estructuras rítmicas, los desarrollos melódicos y/o la yuxtaposición de estos elementos. Tampoco se lee sobre la edición de un álbum, la masterización y la calidad del registro, a menos que se diga: "el álbum suena bien". El artista es un ciruja, igual que él, con la diferencia que observa y hace, desea y concreta, erra y acierta; siempre se pierde, no es cagón, sale a enfrentar al mundo, nunca con estrategias tan delimitadas como te quieren hacer creer. Se parecen a un grupo de tías solteras jugando a la canasta, discutiendo de bombachas cuando el mundo se cae a pedazos". Que bien que escribe Paéz!!!
Javier Calamaro me contó que una vez hecho a un periodista de su casa porque empezó a notar que las preguntas estaban cargadas de mala leche. "Tuve una actitud muy cálida y el tipo empezó a mostrar la hilacha, como a querer golpearme con las preguntas. Y no me sentí golpeado, sino que me pareció que le había abierto la puerta de mi casa a un tarado. Y lo eché, como corresponde. Hay cierta hipocresía y pasa por un lado odioso. Se preocupan más por como hacen su papel qué por obtener una buena entrevista. Detesto la soberbia a la hora de preguntar y el hecho de que modifiquen las respuestas. Eso pasa, sobre todos en medios como el Clarín, donde hay pibes un poco soberbios. Es como si estuviesen buscando el punto débil, y si no lo hay, lo inventan...", me dijo en la única oportunidad que un músico reconocido me invitó a cenar. Luis Salinas, en otra entrevista, me afirmó que "a los que hacen críticas no los respeto. Hay gente a la que si no le chupás el culo, hablan de más porque tienen impunidad para opinar sobre lo que hace uno. A algunos yo le diría "me gustaría saber como tocás para saber si tengo que respetar lo que decís". Se creen más importantes que los músicos y ninguno convoca a ningún público para que los vayan a ver o a escuchar".
Casos más felices de la convivencia entre periodistas y músicos se pueden ver en la relación de Beillinson y Claudio Kleiman, que tomó forma de canción de cierre ("Boggart Blues") en el último disco del ex redondo. También parece haber una buena relación entre Sergio Marchi y Charly García, materializada en una biografía del músico publicada en 1997. Los miembros de Las Pelotas le dedicaron un par de canciones de su primer disco en vivo a Fabián Polosecki, aquel genial cronista border que se tiró bajo las vías del tren al no poder superar una depresión. Jorge Lanata dirigió el video clip de La Argentinidad al palo, canción emblema de la última producción de Bersuit Vergarabat. También tienen una buena relación Ariel Minimal y Fabián Casas, quién firmó las letras de un par de canciones del disco solista del primero y algunas de "Folklore", la última placa de Pez. Ya que estamos, hay que mencionar que Pez tiene el problema de que la banda le gusta demasiado a los periodistas y somos muchos los que no podemos dejar de hablar maravillas de la banda. Y el mix absoluto es Sometidos por Morgan, banda formada por periodistas de rock (Fernando Sánchez, Hernan Almejeiras, etc) que hasta editaron un disco en 1995, placa que atesoró más que nada cómo rareza.
Quién se merece un párrafo aparte es Roberto Pettinato que entró a Sumo a partir de hacer unas entrevistas con la banda para el Expreso Imaginario. "Cuando queríamos acordar el grandísimo hijo de puta estaba tocando y no había manera de sacarlo", le comentaron a Gloria Guerrero Daffunchio y Sokol una vez separada la banda. Pettinatto representa un destello de genialidad surgido de la calle, los libros y la música que atesora en su cerebro. Y en buena parte por eso, La Mano es la mejor propuesta del mercado como medio para desarrollar la cultura rock.
Por último, una buena manera de definir al periodismo de rock es a partir de la frase de Frank Zappa, quién afirmó que "el periodismo de rock son personas que no pueden escribir, entrevistando a gente que no puede hablar, para gente que no puede leer". Y hay que saber recoger la sabiduría representada en una escena de la película Casi Famosos, en la que el editor de Cream le recomienda al joven Cameron Crowe que "nunca se haga amigo de la banda", ya que siempre es necesaria cierta distancia. Y ya que estamos, aprovecho la nota para saludar a todos los que nunca dejan de pensar que esa banda que nadie conoce es tan necesaria que hay que hacerle una nota YA!!!
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