Sonidos de orfebrería
El día en que el líder de Los Tetas abandonó la agrupación, la promesa quedó consignada: desde ese momento trabajaría en su disco solista. Después de varias millas aéreas y horas de trabajo entre computadores, instrumentos setenteros y contactos VIP, “Joya” está en la puerta del horno. Y ya muestra sus primeros destellos.
C-Funk tiene el computador prendido y mientras conversa, uno de sus temas viaja por el ciberespacio. Lo manda Roberto “Chicho” Espinoza -bajista de su aventura solista- para que C-Funk, arregle algunos detalles junto a su padre, el músico Hugo Moraga. Así es como se fue puliendo “Joya”, el disco que el ex hombre de Los Tetas guarda con celo en su estudio doméstico: funk de vieja escuela esculpido con tecnología de punta.
A Cristián Moraga, el hombre tras el alias, cosas importantes le pasan cerca del hogar. El año pasado, mientras visitaba a su familia en Los Angeles, Estados Unidos, “casi como barriendo la calle”, cruzó algunas palabras con su vecino, que trabajaba en un estudio contiguo. Resultó que ese estudio, donde tiempo más tarde trabajó en la mezcla de “Joya”, era propiedad de Raphael Saadic, y por ahí pasaron desde Lionel Richie hasta los mismos Earth, Wind & Fire. “Después que estuve yo, entró Stevie Wonder”, recuerda.
-¿Y te encontraste con él?
-No, yo para esas alturas ya estaba en otro estudio, en San Francisco.
Esas son las ligas en que hoy se mueve C-Funk, y ni siquiera lo dejan satisfecho. Se llevó la mezcla a su casa para retocarla y lograr ese sonido “Vintage 2005”, como él mismo describe su última entrega. Ahí, en su pieza-estudio, hay un viejo amplificador Fender y un teclado Roland que conviven con mesas mezcladores de última generación y un laptop siempre activo: materia prima para su propuesta retro-moderna.
La veta
“Viviendo el día” se llama el primer single de “Joya” que rota en las radios. Habla de cerrar etapas y mirar hacia adelante. Imposible no pensar en Los Tetas, más aún cuando en una muralla del estudio cuelga el disco de oro que se adjudicaron con el “Mama Funk”, allá por 1995. Faltan dos meses para que el debut de C-Funk llegue a las vitrinas, y mucha música ha corrido bajo el puente.
-¿Qué es lo que estás dejando atrás?
-Estoy cerrando una etapa de aprendizaje que tuve con Los Tetas, sobre el negocio de la música, la amistad, la vida... esa etapa se cerró y ahora entré al mundo a trabajar. Me propuse hacer el disco para ver si aprendí. Ahora lo escucho y creo que sí.
-¿En qué lo notas?
-Puede sonar un poco arribista, medio torpe, pero ahora no me arrepiento de lo que digo. Por ejemplo, en “Corazón de sandía” a veces hay cosas que me gustaría no haber dicho, como lo del “pato malo”. Quería decir algo y se entendió de otra forma. Hubo gente que se lo tomó mal y nos agarró mala porque no supe expresarme bien. Ahora siento que estoy diciendo huevás más potentes, más entendibles, que aportan y que salen de mi vida cotidiana, una vida bastante normal.
Y como cualquier integrante de su generación, voltea hacia el computador para revisar sus contactos de Messenger. Las diferencias son, sin embargo, que ahí están Dante Spinetta (de los desaparecidos Illya Kuriaky) y Julio Briceño (de los venezolanos Amigos Invisibles), entre otros.
-Debe ser difícil juntar a toda esa gente en un disco.
-Son mis “panas”. Al Dante le mandé la huevá por Internet y le hizo una letra que me dejó loco. No sé si fue suerte, pero es de lo mejor que le he escuchado en toda su historia. Con Julio nos conocimos en San Francisco en el estudio, y de ahí quedamos de acuerdo para hacer algo juntos.
“Joya” también reúne a músicos nacionales como Juan Sativo (Tiro de Gracia), Sonido Ácido (Makiza), Carolina “Carito” Plaza (FunkReal), además de su padre, quien revisa su tema “City Funktasma” a dúo con su hijo. “Cualquier canción de Hugo Moraga le vuela la raja a todo mi historia musical”, dice C-Funk.
ENCHÚLAME EL DISCO
Para el lanzamiento de su debut en marzo, C-Funk quiere montar un show “all-stars”. Junto a los ya mencionados invitados internacionales y chilenos, estará acompañado de su banda, La Joya, con quienes ya se fogueó para año nuevo en el Galpón 9 de Chucre Manzur. Ahí comparten créditos Vicente Sanfuentes (alias Original Hamster, a cargo de teclados y máquinas), Roberto “Chicho” Espinoza (bajo), Francisco “Pepino” González (batero original de Los Tetas) y Felo Foncea (ex Dracma, en teclados).
-Con Los Tetas parece que se logró ese esquivo objetivo de internacionalizar una banda chilena. ¿Qué expectativas tienes para este proyecto?
-Quedé con Los Tetas en un nivel y de ahí voy para arriba. Ya tenemos un circuito internacional donde ir a tocar, ya conocemos a toda la gente. Me encuentro con los Café Tacuba y me dicen “hola, cómo estái, buena onda”, o con Molotov, con quienes nos hemos topado en todos los festivales. Esa misma red la voy a seguir usando por toda América, y ahora quiero expandirla primero a España y Francia. Eso nunca lo hicimos con Los Tetas de puro huevones.
Por allá andan pedazos de la “Joya”. Las canciones disponibles en su sitio (www.c-funk.com) ya son programadas por sus contactos en Santo Domingo, Francia, Inglaterra, Argentina y Venezuela. “Es como un virus, se propaga brígido por la red”, explica C-Funk, quien se dispone a cerrar sesión.
-No me has explicado todavía por qué lo titulaste “Joya”.
-Porque es joya la huevá. No como un diamante, sino como un auto antiguo, restaurado y filete. Está joyita, y eso lo entienden en Argentina, en Brasil, y vamos a hacer que lo entiendan en todos los otros países.
Artículo publicado originalmente por:
http://www.lanacion.cl/ (Sección Cultura).
La Nación - Periodista: Marcos Moraga
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