Cuadrantes Sónicos

Sonido Pop-Rock de creación y Artículos Escogidos... Reseñas del Programa "Cuadrantes Sónicos" de Podcast.

jueves, septiembre 29, 2005

ROCKEROS V/S PERIODISTAS
"Ustedes cacarean, nosotros ponemos los huevos"

Con esa metáfora Federico Moura marcó una característica de la relación entre rockeros y periodistas del palo. En el Día del Periodista, un par de capítulos más de la por siempre compleja relación entre músicos y cronistas.

Matías Peluffo

Ricardo Mollo le tomó fobia a los periodistas después de viaje en avión en el cuál se puso a charlar con un cronista de la Rolling Stone. El muchacho, en un ejemplo de profesionalidad, incluyó parte de lo charlado en una nota. A partir de entonces el guitarrista de Divididos suspendió casi terminantemente las entrevistas para medios escritos, no sin antes comparar a los periodistas con los policías, porque "nunca pueden dejar de hacer su trabajo". Un par de años antes, ya había escrito "siento la birome sobre mí / del periodista que se muere por tocar", haciendo alusión a un viejo chiste entre periodistas y músicos; ellos afirman que somos músicos frustrados. Y los periodistas podríamos decir que muchas veces los músicos frustrados son... ellos.

Siempre se habla de la supuesta estrategia anti prensa de Los Redondos. Lo que nuca se terminó de entender, sobre todo por los grupos que intentaron imitarla, es que ellos no pensaban que había que cerrar las puertas a los periodistas, sino que había que saber usar a la prensa. Tomaron una estrategia inventada por Rubens Vitale (padre de Litto), bautizada como del semáforo: luz verde para la prensa escrita, amarilla para la radio y roja para la tele. Después Solari, Bellinson y compañía se despacharían con un par de canciones, Héroe del whisky y El Blues de la artillería, dedicadas a dos cronistas, Polimeni y Symns, que le dieron una mano cuando todavía no eran masivos y que empezaron a criticarlos cuando sintieron que le estaban birlando su secreto mejor guardado. Lo de Symns, es más extremo, dado que formaba parte de la banda y acabó siendo desterrado.

Otro que entra un poco en pánico con la presencia de periodistas es Fito Paéz, que no le perdona a los críticos de cine que en la función para la prensa de Vidas Privadas se hayan reído a viva voz cuando apareció el nombre del músico en pantalla bajo el rótulo de Director. Obviamente, después la destrozaron. El año pasado, el rosarino, se mostró su resentimiento leyendo un ensayo durante un acústico para una radio. Más o menos dijo: "Salvo excepciones, nadie se dedica a la crítica musical (...) (los críticos) son dueños y esclavos del resumen, esa forma idiota de la arbitrariedad que empobrece la identidad del lugar y te obliga a decidir como consumidor si tal cosa vale o no el pesito. Una nueva estrategia empleada para capturar los bolsillos del pobre escucha incauto, que de no ser por la advertencia del sagaz crítico caería en las garras del personaje en cuestión y de su empresa. Poco se lee sobre las formas de instrumentación, las estructuras rítmicas, los desarrollos melódicos y/o la yuxtaposición de estos elementos. Tampoco se lee sobre la edición de un álbum, la masterización y la calidad del registro, a menos que se diga: "el álbum suena bien". El artista es un ciruja, igual que él, con la diferencia que observa y hace, desea y concreta, erra y acierta; siempre se pierde, no es cagón, sale a enfrentar al mundo, nunca con estrategias tan delimitadas como te quieren hacer creer. Se parecen a un grupo de tías solteras jugando a la canasta, discutiendo de bombachas cuando el mundo se cae a pedazos". Que bien que escribe Paéz!!!

Javier Calamaro me contó que una vez hecho a un periodista de su casa porque empezó a notar que las preguntas estaban cargadas de mala leche. "Tuve una actitud muy cálida y el tipo empezó a mostrar la hilacha, como a querer golpearme con las preguntas. Y no me sentí golpeado, sino que me pareció que le había abierto la puerta de mi casa a un tarado. Y lo eché, como corresponde. Hay cierta hipocresía y pasa por un lado odioso. Se preocupan más por como hacen su papel qué por obtener una buena entrevista. Detesto la soberbia a la hora de preguntar y el hecho de que modifiquen las respuestas. Eso pasa, sobre todos en medios como el Clarín, donde hay pibes un poco soberbios. Es como si estuviesen buscando el punto débil, y si no lo hay, lo inventan...", me dijo en la única oportunidad que un músico reconocido me invitó a cenar. Luis Salinas, en otra entrevista, me afirmó que "a los que hacen críticas no los respeto. Hay gente a la que si no le chupás el culo, hablan de más porque tienen impunidad para opinar sobre lo que hace uno. A algunos yo le diría "me gustaría saber como tocás para saber si tengo que respetar lo que decís". Se creen más importantes que los músicos y ninguno convoca a ningún público para que los vayan a ver o a escuchar".

Casos más felices de la convivencia entre periodistas y músicos se pueden ver en la relación de Beillinson y Claudio Kleiman, que tomó forma de canción de cierre ("Boggart Blues") en el último disco del ex redondo. También parece haber una buena relación entre Sergio Marchi y Charly García, materializada en una biografía del músico publicada en 1997. Los miembros de Las Pelotas le dedicaron un par de canciones de su primer disco en vivo a Fabián Polosecki, aquel genial cronista border que se tiró bajo las vías del tren al no poder superar una depresión. Jorge Lanata dirigió el video clip de La Argentinidad al palo, canción emblema de la última producción de Bersuit Vergarabat. También tienen una buena relación Ariel Minimal y Fabián Casas, quién firmó las letras de un par de canciones del disco solista del primero y algunas de "Folklore", la última placa de Pez. Ya que estamos, hay que mencionar que Pez tiene el problema de que la banda le gusta demasiado a los periodistas y somos muchos los que no podemos dejar de hablar maravillas de la banda. Y el mix absoluto es Sometidos por Morgan, banda formada por periodistas de rock (Fernando Sánchez, Hernan Almejeiras, etc) que hasta editaron un disco en 1995, placa que atesoró más que nada cómo rareza.

Quién se merece un párrafo aparte es Roberto Pettinato que entró a Sumo a partir de hacer unas entrevistas con la banda para el Expreso Imaginario. "Cuando queríamos acordar el grandísimo hijo de puta estaba tocando y no había manera de sacarlo", le comentaron a Gloria Guerrero Daffunchio y Sokol una vez separada la banda. Pettinatto representa un destello de genialidad surgido de la calle, los libros y la música que atesora en su cerebro. Y en buena parte por eso, La Mano es la mejor propuesta del mercado como medio para desarrollar la cultura rock.

Por último, una buena manera de definir al periodismo de rock es a partir de la frase de Frank Zappa, quién afirmó que "el periodismo de rock son personas que no pueden escribir, entrevistando a gente que no puede hablar, para gente que no puede leer". Y hay que saber recoger la sabiduría representada en una escena de la película Casi Famosos, en la que el editor de Cream le recomienda al joven Cameron Crowe que "nunca se haga amigo de la banda", ya que siempre es necesaria cierta distancia. Y ya que estamos, aprovecho la nota para saludar a todos los que nunca dejan de pensar que esa banda que nadie conoce es tan necesaria que hay que hacerle una nota YA!!!

miércoles, septiembre 28, 2005

ROCKAZAR:

“Relajarnos, pasarlo bien y hacer música es lo que buscamos".

Evitamos “covers” para no romper ideas originales de otros músicos que han hecho lo mismo, y que en algunos casos lo han hecho muy bien.

Así empezamos, ojalá que así terminemos, por tanto avanzamos y seguimos creando. A veces salen las cosas rápidas y de manera fácil, en cambio otras de manera

ardua y compleja. Algo así es CEPA, a veces fácil y rápido y otras arduas y complejas”.

martes, septiembre 27, 2005

DEBATE ROCK

Cómo músicos nos interesa también lo que se habla del rock, sobretodo si es a este nivel y queremos compartir lo que ocurre en torno a este en otras latitudes... y con mayor razón si se trata de la historia de este en el país trasandino que ha dado
músicos fundamentales para el crecimiento del movimiento en toda latinoamérica.

La siguiente es un artículo publicado en el Diario Clarín de Bs Aires, a raíz de lo que denominan "Los Cuarenta Años de Rock a la Argentina". A continuación el artículo aparecido en el Suplemento Ñ, el sábado 24.09.2005, basado en el debate de Fito Páez y Lito Nebbia...


CICLO DE DEBATES Ñ

Cuarenta años de rock a la argentina

Litto Nebbia y Fito Páez debatieron sobre el rock nacional y su historia. La relación con el tango y el folclore, la "crisis autoral" y el afán de negocios no estuvieron ausentes y hubo fuertes definiciones: "Hoy en Buenos Aires, los Beatles tendrían que esperar para dar una prueba".

No hubo música, pero al encuentro no le faltó ritmo. Lo grupal como marca de identidad del rock, la relación del género con el tango, el jazz y el folclore y los peligros del negocio cuando amenaza con asfixiar la creatividad fueron algunos de los temas sobre los que conversaron Litto Nebbia y Fito Páez en "Rock nacional, 40 años después", cuarto episodio del ciclo de debates Ñ-El Ateneo, el pasado 14 de setiembre. Los músicos, coordinados por Marcos Mayer, intercambiaron ideas y contestaron preguntas del público.

- Marcos Mayer: - —El rock nacional parece una música más centrada en solistas que en grupos...

- Litto Nebbia: - —A mí, en cambio, me parece que es una música que empieza a ser creada con un concepto grupal. Me refiriero a que, por ejemplo, cuando aparecieron los Beatles —yo tenía 13, 14 años— era la primera vez que uno escuchaba un audio y podía decir: "Mirá cómo toca el segundo de guitarra; mirá cómo toca el bajista...". No existía eso antes en la música; antes uno compraba un disco de Elvis Presley y no sabía quién era el guitarrista que hacía el solo. La cosa grupal tiene que ver con eso: necesitás compartir, convivir y convocar a gente que te ayude a lograr ese sonido.

- Mayer: - —Yo pensaba en ustedes, en Charly, en León Gieco, en el flaco Spinetta, como personalidades muy fuertes. La lista de grupos, en cambio, es de pequeñas etapas: Almendra, Los Gatos...

- Fito Páez: - —Me parece que a lo que apunta Litto es a que el hecho fundacional del género es el grupo. El habla de las especificidades de cada espíritu, de cada miembro de esa banda, donde se genera, casi te diría, un género de barricada. En el caso de algún grupo de éstos que nombraste —Almendra, Los Gatos, Manal— se ponen en funcionamiento los espíritus de los miembros que forman el grupo. Sin intentar resumir algo que es irresumible, porque son 40 años de una historia riquísima, se puede decir que es un movimiento: lo que empezaron ellos lo hemos retomado más tarde, y sin ninguna duda yo no puedo pensarme sin Nebbias, sin Spinettas, sin Garcías, sin Javier Martínez. Se puede ver claramente cómo las personalidades más audaces han formado estéticas y han estado a la altura de una inventiva extraordinaria.

- Mayer: - —Mucha gente está pensando hoy en la historia del rock argentino. ¿Es éste un momento de evaluación, de balance?

- Páez: - —Bueno, pasaron 40 años... Para mí, hay tres autores, que son Nebbia, Spinetta y García, que no solamente inventan una nueva forma, sino que además retomaron una tradición. No es tan complejo trazar una línea entre el canto que inventa Gardel y el canto que inventa Litto, cada uno a su manera y a su forma, pero los dos inventan un nuevo trino. O entre Homero Espósito y Luis Alberto Spinetta. Tomás un extracto de Naranjo en flor: "Era más blanca que el agua blanca / era más fresca que el río, naranjo en flor / y en esa calle de estío, canción perdida / se fue un pedazo de vida y se perdió", decía Homero. Y Luis Alberto, muchos años más tarde, dice: "El vino entibia sueños al jadear / desde su boca de verdeado dulzor / y entre un libro de la buena memoria / me quedo oyendo como un ciego frente al mar". Es la misma voz la que está hablando. Cuando escuchás a García, más allá de las invenciones musicales como las han tenido estas tres fuerzas de la Naturaleza, también escuchás otras cosas. Para mí es fácil reconocer cuándo la canción argentina se mete con el conservatorio. Reconozco a Salgán en Cuando me empiece a quedar solo de García, por ejemplo. Hay movimientos armónicos hechos de la misma manera.

- Mayer: - —Lo que yo veo de común en ustedes es la mezcla. Desde el principio hay elementos de folclore, de tango, de jazz. ¿Cómo se produce esta absorción: llega sola, se piensa, se va a buscar?

- Nebbia: - —Si te gusta la música, escuchás de todo y esto hace que cuando vas a tocar algo, lo tuyo salga con toda la educación que tenés de las cosas que te gustan. Yo las llamo "cosas de buen gusto", porque me pasé muchos años discutiendo sobre lo comercial o no comercial, cuando en verdad se dan muchas mezclas. Por eso creo que hay que abordarlo desde otro lado: poder hacer una música que tenga tu personalidad y te identifique con el lugar al que pertenecés.

- Páez: - —Yo pienso muy parecido. Creo que los dos vivimos en una época en la cual tuvimos acceso a un montón de información. El otro día Gandini me contó una cosa muy hermosa: que estaba perdido en Alemania o no sé dónde, y se encontró silbando un tango que silbaba el viejo, ¿entendés? Estaba haciendo otra música, otro género...

- Nebbia: - —Hay otra cosa muy importante. Los tipos que nos han gustado muchas veces no son los más exitosos. Muchísimos músicos de rock reconocen, desde hace años, dentro del folclore, a un tipo como Cuchi Leguizamón que no es un compositor aceptado por todo el folclore. No es aceptado porque es sumamente original y refinado y ahí viene esa otra discusión, que es muy jodida para la música. Se mezcla la discusión de lo social con las notas: para criticarlo, dicen que es tan refinado que es para una élite que no le lleva el arte al pueblo.

- Páez: - —Por suerte las expresiones se defienden solas. A veces se arman revueltas, pero no hay que defender nada porque la piedra resiste, aunque venga un Katrina de las multinacionales la forma resiste, si es bella, si es verdadera y auténtica. Eso no quiere decir lindo ni cómodo, sino que tiene algo noble adentro.

- Nebbia: - —Hoy es increíble la cantidad de buena música que hay en el mundo, hay más que 20 años atrás. A veces no nos damos cuenta porque nuestro país es exageradamente extremista. Por ejemplo: esta cosa argentina del "comercial-no comercial", del "pelo largo-pelo corto", la música metalera, música liviana, todas esas boludeces que retrasan. Pero cuando vas a otro país te das cuenta de que hay espacios muy fuertes para todos los géneros: música étnica, jazz, flamenco...

- Páez: - —Eso es un tema interesante para pensar: el gusto, la calidad, la época y la resignificación del lenguaje musical, de qué se trata la música, la fuerza de la música como expresión, adónde ha ido a parar todo eso. Porque ahora nadie escucha música; nadie se sienta una hora a escuchar a Beethoven, sino que la música forma parte de un proceso funcional y ocupa algunos de los silencios de nuestra vida, por ejemplo en el auto.

- Nebbia: - —Para mí, la música sigue siendo una cosa totalmente espiritual, que hace bien: ennoblece el espíritu. Comprendo eso de que uno está apurado, pero creo que a veces la gente se queda en cierta comodidad.

- Consulta del público: - —El mundo del rock silenció lo de Cromañón, salvo León Gieco que hizo un tema y fue censurado.

- Nebbia: - —Para mí Cromañón no tiene absolutamente nada que ver con la música, por eso no he querido sumarme en ningún lado a dar mi opinión. Es una bestialidad total, tiene que ver con la educación, con lo social, con lo político, y así lo tendrán que resolver. Las canciones no tienen nada que ver con Cromañón. - Público: - —¿Qué opinión les merece la música nacional de hoy?

- Páez: - —Creo que es toda gente noble que hace una música que les gusta. A mí, por mi formación, no sé si me interesa mucho. Hoy se abordan más otros temas relacionados con cosas más sociales, incluso con situaciones que la política no aborda porque no comprende, porque no quiere comprender, y por supuesto que un país pauperizado pauperiza su estética. Cada uno vive la época como puede y como quiere. En ese "como quiere" y "como puede", también podemos pensar que hay una historia de la música argentina, y yo como cosa alarmante es la primera vez, dentro del ciclo centenario de la música popular argentina, que noto que hay una crisis autoral tan fuerte como la que hay ahora. Llama la atención, porque Argentina ha sido un país rico en invención, y cuando hablamos de invención hablamos de las tres cosas básicas: armonía, ritmo y melodía. Eso es algo que ha desaparecido; estos tres elementos que son fundacionales para la expresión musical están ausentes.

- Público: - —¿Qué hay que hacer para que el rock siga siendo rock, no tan rítmico en otros ritmos?

- Páez: - —Me parece que no hay que hacer nada, las expresiones se van dando por sí solas. No habría que cuidar un linaje, una pureza porque no hay nada puro en el mundo, y a menos que tengas un concepto ortodoxo, religioso, muy fuerte, me parece que no tenés que volverte loco si alguien toma una forma y la adapta.

- Nebbia: - —A mí me parece que el rock como género, desde su origen, ha sido la influencia que los blancos han tenido de un montón de música negra que les gustaba. Eso es, para mí, el rock. Nosotros somos músicos que, por lo menos, venimos del rock; venimos del rock en cuanto a la idea literal que tiene esta palabra como cosa social, cultural. El rock es lo que permite esta época, es la única música que permite esta fusión que nosotros conocemos y que se ha dado en otros países. En Brasil vos tenés compositores increíbles, como Nascimiento, que cuando empezó lo único que hacía era escuchar a los Beatles, y no hay una canción de Milton Nascimiento que no tenga que ver con Lennon y Mc Cartney. Pienso que pasa mucho con muchas canciones y solistas, y ni hablar de las de los comienzos del rock argentino; de hecho, con Los Gatos o con Los Gatos Salvajes, sí teníamos el flequillito, las botitas, la guitarra eléctrica, pero descifrá la armónica y la melódica y vas a ver que todo tiene que ver con un 2 por 4; es casi un bolero, una guaraña paraguaya o un tango.

- Público: - —Habiendo una tradición tan grande de rock nacional, ¿cómo puede ser que el rock actual no traiga esas raíces?

- Páez: - —Creo que hay formas, ahora me vienen tres nombres a la cabeza, que son Coqui Bernardi, Gonzalo Aloras y Carlitos Bandera, tipos del interior que retoman absolutamente su historia e inventan algo nuevo incluso. Pero no los conoce nadie y no los graba nadie. Buenos Aires está ocupada consigo misma todo el tiempo. Ahora se depende más de las estructuras mediáticas que de otras cosas. Un fenómeno como el Adiós Sui Generis no tuvo prensa, la vuelta de Almendra no tuvo prensa; un fenómeno como Silvio y Pablo en los 12 Luna Park, o los 12 Obras, no tuvo prensa.

- Público: - —¿Qué piensan de la facilidad que tienen hoy las bandas de rock para llegar a la fama?

- Páez: - —A mí la sensación que me da es que yo quería ser diferente, y ahora todos quieren ser famosos. La música era una forma de ser diferente y esa diferencia te afirmaba en el mundo. Me parece que cada vez el mundo invita más al silencio. Nuestra tarea es silenciosa: es dentro de una habitación. Por supuesto que después salís a tocar y es precioso, la energía que circula en el concierto, las emociones que nacen allí. Es muy hermoso el rito y que luego de dos horas, la gente salga diferente a cómo entró.

- Público: - —El rock parece que no ha tenido un sentido crítico sobre sus peores aspectos, ¿está preparado para ser autocrítico?

- Nebbia: - —Yo creo que es difícil la autocrítica en un país donde cosas más dolorosas, más importantes, todavía no se revisaron. El movimiento del rock primero fue resistido y luego, cuando empezó la venta masiva y la asistencia a recitales, fue tomado por el negocio, por eso en los últimos diez o quince años es más lo que ha evolucionado el negocio de la música que la música misma. El rock es hoy, más allá de la calidad, el elemento musical de mayor consumo masivo de la tierra y todos quieren hacer un negocio en una semana. Si hoy en día saliera un grupo como los Beatles en Buenos Aires, estaría en una compañía esperando para dar una prueba; esto es así. Hay cosas que se han entreverado que tienen que ver con el dinero, con la locura, con el capitalismo salvaje. Si vos estás en un lugar donde todo el mundo está pensando en la plata, los que no tienen un mango y los que tienen mucho quieren tener más, ¿cómo diablos esa gente va a escuchar a la noche a Miles Davis? Escuchan otra cosa.


Nebbia, básico
ROSARIO 1948. MUSICO Y COMPOSITOR.

Casi un prócer del rock argentino, el primer gran éxito del líder de la pionera banda "Los gatos" fue "La balsa", que compuso junto al mítico Tanguito. Con más de 100 discos propios y colaboraciones en discos ajenos es, sin dudas, uno de los músicos más prolíficos del país. Exiliado en México, durante la dictadura, compuso "Sólo se trata de vivir", que se convirtió en un emblema de época. Desde su sello discográfico, "Melopea", editó más de 200 discos de música nacional.





Páez, básico
ROSARIO 1963. MUSICO Y COMPOSITOR.

Inspirado compositor, Rodolfo "Fito" Páez debutó en Buenos Aires de la mano de Juan Carlos Baglietto; luego tocó con Charly García y en 1984 editó su inicial "Del 63". "Ciudad de pobres corazones", de 1987 fue quizá su disco más visceral. Más tarde, "El amor después del amor" con 700.000 copias se convirtió en el disco más vendido en la historia del rock argentino. Acaba de sacar "Moda y pueblo", que siguió a "Mi vida con ellas" y "Naturaleza sangre".