Cuadrantes Sónicos

Sonido Pop-Rock de creación y Artículos Escogidos... Reseñas del Programa "Cuadrantes Sónicos" de Podcast.

jueves, abril 06, 2006

Joaquín Sabina: ''Quiero hacer la canción más hermosa del mundo''

El cantante español llegó ayer a Chile

Dice que se acabó el luto y el alivio. Que el cuerpo le está pidiendo fiesta, y que la verdadera terapia ha sido reencontrarse con el público. Está escribiendo más que nunca, aún entre medio de los conciertos que agotan las entradas. A punto de culminar su gira "Ultramarina", se confiesa recuperado, y se da tiempo para elogiar a la Presidenta Bachelet.

"¿Me váis a dejar fumar?", pregunta nada más entrar a la sala de conferencias, con una sonrisa socarrona a la que -él sabe- nadie podría negarle el humilde placer de un cigarrillo, cuando él ha probado casi todo. "Cuidado con la cocaína", dice algún graciosillo de turno, generando de inmediato la mirada de odio de quienes, más que a trabajar, han venido a ver a un ídolo. El creador de "19 días y 500 noches" acusa el golpe con humor. "No, eso se acabó", responde, y entonces el bromista corrige: "cuidado con la nicotina"; Sabina se ríe.

Nadie quiere hacer la primera pregunta. Nadie se atreve, aunque todos saben que serán los mismos temas de siempre, es decir, todos. A las consultas sobre su gira se suceden -cómo no- las archirrepetidas demandas para saber de su renuncia a las drogas -que dejó hace cinco años- y las peticiones para que opine sobre política chilena, latinoamericana y española. A todo él accede, sin dejar de fumar, encendiendo un pitillo tras otro, sin que nadie tosa, espante el humo con la mano o arrisque la nariz.

Sabina es el mismo, aunque no lo sea. Ferozmente irónico, es capaz de hacer reír casi cruelmente, o de conmover sólo con una reflexión al paso. Coquetea con las mujeres, bromea con los hombres. Una admiradora pide el micrófono, y en lugar de preguntar, se declara su incondicional y le da las gracias por venir a Chile, por ser como es, por estar ahí mismito, a cinco metros de ella. Él, cálido, le devuelve los piropos, mientras todos los demás miran la escena extrañados.

Asegura, como en su disco "Dímelo en la calle", que lo peor ya pasó. Que ya se acabaron los largos días de depresión en los que no quería tomar un instrumento, una pluma, un papel. Que volvió la fiesta al escenario, y que el reencuentro con el público latinoamericano en Perú y Argentina lo ha curado del todo. "Mi estado ahora es absolutamente diferente: ni alivio, ni luto, ni carajo. Estoy haciendo otra vez canciones como a mí me gustan. Lo que quiero hacer es la canción más hermosa del mundo", dice risueño.

"Le tengo miedo al deterioro"

Ya salido del letargo y entre los conciertos de su gira "Ultramarina" -que termina este jueves y viernes en Chile-, ha retomado la escritura a buen ritmo, aunque apelando sólo a su resistencia natural. "Durante los años de bohemia disparatada, de vértigo, siempre pensé que estaba incumpliendo algo -cuenta-, que tenía un pequeñito don, que era que podía juntar dos palabras. Y no me pasaba ni media hora al día escribiendo. Lo bueno que ha tenido el retiro de la bohemia es que puedo dedicar más tiempo a escribir; lo malo es que antes podía estar tres días y tres noches acabando una canción con unas rayitas de coca. Ahora, como no tengo rayitas de coca, de pronto me duermo como un viejecito. Pero estoy escribiendo más que nunca, y eso me gusta."

Su accidente cerebral lo hizo temer no por su vida, según explica, sino más bien por el estado físico en el que se encontró. Hoy se ve lo suficientemente sano -de adentro y de afuera- como para darse el lujo de bromear un poco con el tema. "Le tengo miedo no a envejecer, le tengo miedo al deterioro. Mi accidente cerebral es un accidente que no duele. El brazo y la pierna derecha -afortunadamente no la del medio- se quedaron sin circulación. No duele nada, pero al tercer día me levanté para ir al baño, y me tuvieron que bajar los calzoncillos. Eso, a los de mi pueblo nos humilla mucho." Le costó subirse otra vez al escenario. Los primeros conciertos de la gira fueron algo tensos pero, al final de la gira en España, se comenzó a sentir en casa.

Es autocrítico consigo mismo, y atribuye el éxito de su último trabajo, "Alivio de Luto", a la expectativa que generó entre el público su regreso, más que a la calidad del disco mismo. "Lo que se ha formado con 'Alivio de Luto' creo que es algo un poco artificial, que tiene que ver con que estuve cuatro años así, y la gente sabía. En nuestros países los cantantes póstumos o moribundos cantan mejor que los vivos, y se crea un morbo. No es mi mejor disco, no lo hubiera hecho sin los músicos que me arrastraban, pero anoche empecé a largarles letras, cosa que no hacía hace muchos años. Y (para la próxima vez) no quiero hacer un disco más; quiero hacer el disco."

Para los conciertos de esta semana en el teatro Caupolicán -cuyos boletos están agotados desde hace tiempo-, anuncia un encuentro diferente de lo que hizo en Argentina, y con más de una sorpresa de sello exclusivamente chileno.

"Me emociona que Bachelet haya llegado al poder"

Antes de opinar de política advierte que no es un analista, pero sí un atento lector de periódicos, y bromea con la descalificación que en ocasiones han hecho los medios de sus opiniones políticas, especialmente en lo que respecta a Cuba. "Pero eso no me va a callar la boca", sentencia, y acto seguido se lanza en su defensa a Cuba y su acuerdo con los procesos democráticos en Latinoamérica.

"En casos como el de Lula o Evo -opina-, le están dando voz a gente que nunca la había tenido. Yo no sé si es la mejor voz, pero es la primera que tienen. Hay casos como el de Chávez, en los que uno querría que hiciera lo mismo otro que no fuera Chávez, y hay otros que me asustan un poquito, como el de Ollanta Humala" , confiesa. Para la Presidenta Michelle Bachelet, en cambio, sólo tiene palabras elogiosas: "Estoy encantado de decir -sobre todo porque es demasiado pronto y no ha tenido tiempo de defraudarnos- que me emocionó ver que una mujer laica, divorciada, hija de militar muerto en la cárcel, torturada, haya llegado al poder en Chile."
 
Publicado por: El Mostrador.
Escrito por:  Ximena Jara

Rafael Gumucio: ''Soy gracioso cuando me pagan''

Y no es chiste

El escritor y columnista acaba de inaugurar el Instituto de Estudios Humorísticos, que tendrá un taller práctico y hará investigación sobre esa disciplina en Chile. Advierte que no es una fábrica de comediantes, sino una suerte de ‘gimnasio humorístico’ para los que ya tienen algo de materia prima.




“Ya no soy gracioso gratis, así que si digo un chiste ahora, te mando la boleta después”, advierte, y nada en su rostro deja claro si lo que dice es en serio o no. Por economía elemental, uno opta por reírse. Él tose cada dos minutos, y sonríe sólo una vez en toda la conversación. A pesar de eso, Rafael Gumucio es uno de los escritores y columnistas que con más éxito usan el humor en la actualidad. Sus incursiones en la pantalla en los programas “Plan Z” y “Gato por Liebre” aún son de culto para muchos.

Dice que no es gracioso. Al menos, no lo que se entiende tradicionalmente por “tallero”. Que tiene una visión del mundo que al resto le da risa. Una visión que pretende compartir con un pequeño grupo de alumnos de la Universidad Diego Portales, de modo experimental, ahora que acaba de formar el “Instituto de Estudios Humorísticos”. Aunque inicialmente pueda sonar a mal chiste, es bastante en serio: la iniciativa pretende entregar herramientas para administrar el talento humorístico de estudiantes de publicidad, periodismo y literatura.

El acto inaugural es la presentación de tres libros de humor gráfico: Chao no más, de Hervi, Chancho Cero, de Pedro Peirano y La calma después de la tormenta, de Rodrigo Salinas. Después de eso, el instituto tendrá dos áreas: el taller práctico y la investigación.

Advierte que el curso no convertirá a un latero en un Coco Legrand. La idea es pulir los talentos. “Tenemos conciencia de que no se puede inventar humoristas, y tiene que haber una cierta base sobre la cual trabajar”, explica. Él estará a cargo del taller, y también tendrá invitados. “Estaba pensando en invitar a Pedro un día para que hable del humor gráfico, o a Jaime Celedón, que es actor y sabe mucho.

-¿Cuál es el chiste de investigar el humor?
-No hay ningún chiste. Es empezar a darse cuenta de que hay una cierta tradición y una cierta forma de humorismo propio de Chile, que hay distintas vertientes, muchas veces ocultas o secretas, a las que queremos darles un poco de realce.

-El único antecedente que se me ocurre es lo que hacía Jodorowsky, explicando los chistes y por qué son graciosos.
-No, no tiene nada que ver con eso. En la literatura chilena, por ejemplo, hay muchos autores clásicos que han usado el humor; queremos rescatar eso, tratar de entender cómo hacían humor, qué tipo de humor había en ellos. No explicar los chistes, sino de dónde vienen, y si hay lazos entre un tipo de humor y otro.

-Pero una cosa es investigar el humor y otra cosa es tener un taller que enseña a hacer reír.
-No enseñamos a hacer reír, porque eso sería demasiado difícil, pero tratamos de desarrollar el talento que los alumnos ya tienen para darle mayor finura a sus trabajos, más afiate, y para que sean conscientes de lo que están haciendo. No vamos a transformar a nadie que no sea divertido en alguien divertido. Por lo demás, mucha gente que hace humor –y yo soy el caso- no es divertida, sino que aprende ciertas técnicas. La mayor parte de los que trabajamos con el humor no somos divertidos en un asado, no es que te puedan llevar para que hagas reír a todo un grupo. Tenemos una visión del mundo que nos permite escribir, dibujar o filmar cosas que sean divertidas. No es que esa gente haya aprendido una técnica, sino que es una visión que se produce inconscientemente.

-Le sale sin querer queriendo.
-Pero ahora queremos que les salga queriendo. Sabiendo.

-Sin embargo, un ‘Instituto de estudios humorísticos’ no suena muy gracioso que digamos.
-No tiene por qué ser gracioso, porque es parte de una universidad, no es una fábrica de humoristas.

-¿Es profesionalizar el oficio?
-Exactamente. Sobre todo porque hay pocas instancias para que la gente que hace humor pueda discutir entre ellos sus proyectos y sus trabajos, que evidentemente mejoran con la intervención de otras personas. No es como la literatura, que es algo que se hace para adentro; esto se hace para afuera. En realidad, esto es como la gimnasia: si tú no haces ejercicio, no vas a poder ser un buen gimnasta. Así que esto va a ser como un gimnasio humorístico: se va a poder usar distintas máquinas para que puedan desarrollar el músculo.

¿Ser gracioso no te obliga a mantener esa actitud ocurrente y divertida en instancias en las que a lo mejor no te interesa?
-Soy gracioso cuando me pagan. Si no me pagan, no soy gracioso. Ya lo tengo separado.

Publicado por: El Mostrador.cl.
Escrito por: Ximena Jara

"Descreo del artista que utiliza la honestidad"

Gustavo Cerati habla aquí de su retorno a la canción, de sus hijos, de por qué no vuelve Soda Stereo y de si es necesario que un artista diga siempre la verdad. La entrevista de Walter Domínguez, para Clarín.

Mediodía de sol en la incipiente primavera neoyorquina. El hotel Hudson —un coqueto edificio de modernísimo diseño, escondido en pleno centro de la ciudad y a pocas cuadras de la zona teatral de Broadway— es la base de operaciones de Gustavo Cerati en la autodenominada, no sin razón, "capital del mundo".

En esta ciudad, el músico que se animó a dejar Soda Stereo en la cima de su popularidad, que cambió el calor de las masas por la no tan masiva experimentación electrónica y cuyo apellido ya es un adjetivo en las discusiones sobre rock nacional (se dice que algo es "muy Cerati" cuando es muy fashion, muy moderno, muy nasal, muy volado, está construído con palabras esdrújulas, o todo eso junto) le está poniendo los toques finales a Ahí vamos, su cuarto álbum como solista, que el martes estará en todas las disquerías de Latinoamérica, y que Clarín pudo escuchar en exclusiva, junto a su autor, en un estudio de grabación del barrio de Chelsea.

Vestido íntegramente de negro, con rulos casi afro y anteojos para el sol, Cerati está sin embargo muy lejos de la oscuridad. A los 45 años, conserva la pasión de un adolescente para hablar de su música y de todo lo que se le pregunte. Extrovertido y enérgico, pero no superficial.

¿Por qué titular a un disco "Ahí vamos"?

Los títulos de los discos tienen que ver con el proceso y el tiempo en que los hago. En este caso, era una frase que estábamos usando ante cualquier situación positiva que ocurría.

¿El plural a quién involucra?

Por más que se trate de un disco solista, involucra a mucha gente, y estoy mirando mucho hacia afuera también. Se trata de una situación realmente hacia adelante.

La primera impresión es que te alejaste un poco de la música electrónica y que te metiste más en las canciones.

Es así. El álbum está muy enfocado hacia la guitarra, la voz y la forma clásica de la canción: estrofa, estribillo, puente. Lo hice porque quería que el disco tuviera más una dirección y no fuera tan heterogéneo como otros. Y eso se conjuga perfecto con el "ahí vamos". A veces, uno da muchas vueltas para llegar a algo más simple.

Delicias del mercado discográfico, Ahí vamos saldrá el martes ya como disco de platino, debido a que las disquerías compraron más de 40.000 copias por anticipado. Por su parte, el tema de difusión —Crimen— suena en todas las FM y ocupa el primer lugar en los charts. La canción, una desgarradora balada de desamor, hace las delicias de cualquiera al que le guste interpretar las letras. Se sabe, Cerati se separó no hace mucho de la modelo y ahora cantante Déborah de Corral. Crimen, inevitablemente, remite a eso.

"Es una canción de ruptura —admite Cerati—, pero la verdad es que la escribí en un momento de mucha felicidad. Siempre sucede que, al ser una persona conocida, están las preguntas '¿con quién está?', '¿con quién no está?', '¿con quién va a estar?' y parece que las relaciones son directas con eso. Y a veces me inspiro en cosas que están fuera del tiempo y del lugar. La canción es un rompecorazones de entrada, una especie de puñalada, pero yo estaba en una situación muy feliz. En un momento habla de "los celos otra vez'. Y remite a Muchacho celoso, el tema de John Lennon, que para mí es la canción de amor por antonomasia. Como artista, puedo recrear o imaginar una situación, aunque no esté pasando por ella en ese momento. Y me hago carne de eso, porque cuando estoy escribiendo, hay momentos en que hasta se me llenan los ojos de lágrimas."

Mentir es, entonces, parte del arte.

Sí, es absolutamente así. Descreo del artista que utiliza la honestidad. Para ser una buena persona, hay que ser honesto, está claro. Pero para ser artista, no tiene que ser algo significante. Lo que estoy haciendo es crear una canción, una viñeta de sensaciones. Si analizás la letra, es una sensación de esa pérdida, que queda inconclusa en términos de explicaciones. "¿Qué otra cosa puedo hacer?", dice la canción. Lo aclaro porque después empiezan las suspicacias. El disco tiene referencias, uno siempre es algo autobiográfico, pero entro en esos lugares por una necesidad musical y de inspiración.

Aclarado el punto, Cerati dice sentirse aún inocente en algunas cuestiones. A pesar de los años de carrera, de la fama, hay situaciones de las que dice no tener conciencia. "Vivo sorprendiéndome de las cosas que pasan —afirma-. Jamás me imaginé que iba a ir a mi casa en Uruguay e iba a venir una cámara a perseguirme y tomar fotos (N. de R.: se refiere a un episodio del verano, en Punta del Este, cuando lo fotografiaron con Sofía Medrano, su nueva novia, veinte años más joven que él). Si me preguntás qué significa, muy bien no lo sé. He hecho un buen paquete de canciones y estoy orgulloso de la gran mayoría de ellas. Pero el proceso interno generalmente va por un lado que no está conectado con eso. Porque cuando estás demasiado conectado con eso, generalmente estás fuera de la realidad."

¿Y qué vas a hacer en Punta del Este? ¿Vas a construir paredes para que no te espíen?

No me interesa exponerme. La gente puede pensar que sí, porque aparezco en esas fotos, pero no es así. Es un llamado: déjenme en paz, yo sólo hago canciones.

A Nueva York, Cerati vino por primera vez por motivos no muy alegres. "Cuando recién nos empezaba a ir bien con Soda, entre el primer disco y el segundo, nos robaron todos los equipos. Me acuerdo que los músicos de Virus y de Sumo nos prestaron instrumentos para seguir haciendo shows. Así que en cuanto pudimos, vinimos a comprar equipos. Después sí, volví cada vez que pude."

Queda claro que es una decisión tuya si Soda se vuelve a juntar o no.

Sí, la decisión termina cayendo sobre mí. Pero no me hago el difícil ni nada por el estilo. Soda se disolvió porque nuestras personalidades empezaron a desencontrarse. La separación venía ocurriendo hace tiempo y también fue por una cuestión artística. La energía tiraba para abajo y no íbamos a llegar a nada bueno de esa forma. Y si alguna vez se da de juntarnos, espero que no sea como me dijo Andy Summers, cuando volvió a tocar con The Police: que a los cinco minutos empiezan a aparecer todos aquellos problemas por los que te separaste.

Zanjada la cuestión, Cerati —que supo ser factor de división en el rock argentino, o estabas con él o estabas contra él— admite sentirse más reconocido por sus pares. "Es lógico que los más chicos te cuestionen, era lo que hacíamos con Soda cuando empezábamos, despotricábamos contra los que ya estaban. Pero después, somos todos músicos. Y el público, que puede gritar contra mí en un concierto, después es el mismo que me ve en la calle y me felicita". Ahora llegó el momento de sentirse un referente del rock nacional. "Y sí, sé que soy importante para cierta gente. Lo agradezco."

De los grupos nacionales, lo último que vio es un trío femenino, las No lo soporto, que le gustan bastante. Y es bastante fan, y amigo, de los Miranda! "Sí, en vez de "la guitarra de Lolo" tendrían que decir "la guitarra de Cerati" —se ríe—, porque Lolo me consulta bastante de guitarras y de las situaciones que están viviendo con la popularidad. Yo, desde Soda, no vi en México ningún grupo que fuera tan furor como ellos. Pero espero más de su próximo disco. Igual, estuve tan metido con mi música en los últimos seis meses, que casi fue lo único que escuché".

Publicado por: Diario Clarin, Bs Aires.

Escrito por: Walter Domínguez.